Es un trastorno paroxístico del sistema nervioso, caracterizado por movimientos involuntarios, trastornos psíquicos y sensoriales o de la conciencia, y alteraciones del sistema nervioso autónomo.
Las crisis son recurrentes, espontáneas, transitorias y clínicamente detectables para el paciente o un observador.
Pueden comenzar a cualquier edad, frecuentemente se inicia durante la niñez y la adolescencia, en todos los grupos humanos sin distinción de edad, sexo, raza ni condición económica.
MANIFESTACIONES BUCALES:
El paciente en crisis presenta sialorrea y puede morderse la lengua, los labios y los carrillos.
Las piezas dentarias se encuentran fuertemente ocluidas, lo cual dificulta su separación.
Al finalizar la convulsión, se produce la relajación muscular y es posible separar los maxilares.
La hiperplasia gingival es frecuente en los pacientes que utilizan dilantina en forma crónica.
La lesión costituye un crecimiento descontrolado de tejido conectivo que no modifica el número de células y fibras.
¿Cómo es un ataque epiléptico?
Las crisis epilépticas producen una alteración momentánea del funcionamiento cerebral, debida a la descarga súbita y desproporcionada de los impulsos eléctricos que habitualmente utilizan las células del cerebro.
Esta descarga puede afectar únicamente a una parte del cerebro (crisis parciales o focales) o comprometer a todo el cerebro (crisis generalizadas).
Los síntomas que presente una persona durante una crisis epiléptica dependerán entonces de la o las zonas del cerebro que estén siendo afectadas por la descarga.
Los cuadros epilépticos no son contagiosos, no constituyen una enfermedad mental, no afectan la inteligencia y las personas que las presentan pueden llevar una vida prácticamente normal, una vez que logran controlar sus crisis con el tratamiento apropiado.
Factores desencadenantes y prevención de las crisis epilépticas en la consulta de odontología:
Factores desencadenantes y prevención de las crisis epilépticas en la consulta de odontología:
En la atención odontológica de una paciente con epilepsia es importante reconocer la existencia de posibles factores desencadenantes de crisis epilépticas y se deben tomar todas las medidas para su manejo y prevención.
A continuación exponemos los principales factores desencadenantes de crisis epilépticas.
· Ansiedad y estrés
· Supresión del tratamiento antiepiléptico habitual
· Proceso infeccioso intercurrente (proceso febril puede elevar el riesgo de desarrollar crisis epiléptica)
· Privación de sueño, constituye un factor de riesgo epiléptico importante.
· Consumo de alcohol.
· Menstruación. Durante la menstruación se pueden desencadenar crisis epilépticas (epilepsia catamenial)
· Hipoglucemia.
· Deshidratación.
· Es otro factor que puede desencadenar crisis sobre todo en niños.
· Hiperventilación, de forma mantenida puede desencadenar crisis epilépticas.
· Luces intermitentes.
· Trastorno gastrointestinales puede interferir en la absorción de fármacos antiepiléptico.
Recomendaciones antes del inicio de intervención dental:
Es aconsejable realizar una breve historia clínica de las crisis al paciente o acompañante, conocer la existencia de pródromos o aura, así como posibles factores desencadenantes de las crisis y medicación antiepiléptica. Solicitar información complementaria al neurólogo que esté llevando regularmente al paciente.
Se ha de intentar evaluar aspectos generales del paciente: lesiones provocadas por traumatismos o caídas debidas a las crisis epilépticas, efectos de la medicación.
En la exploración bucal se valorará especialmente la existencia de deformidades en cavidad oral, patología en las encías (hipertrofia gingival) y condiciones higiénicas bucales.
Medidas generales:
Medidas generales:
· Posponerla si ha habido crisis recientes (minutos o horas previos), o factores desencadenantes inmediatos ya que puede existir riesgo que se presenten si el paciente tiene crisis de difícil control terapéutico.
· Evitar la administración de fármacos que pueden desarrollar crisis epilépticas, especialmente por administración intramuscular o intravenosa como analgésicos narcóticos, antibióticos, contrastes iodados acuosos, simpaticomiméticos.
· Controlar trastornos de ansiedad, se ha de evaluar la existencia de trastornos de personalidad que requieran medidas terapéuticas de psicoterapia o farmacológicos.
· Consentimiento escrito de pacientes o familiares, especialmente en pacientes en situaciones críticas o con especial riesgo de crisis epilépticas a pesar de las medidas de control.
· Citarlo a primera horas de la mañana o de la jornada laboral, sin hacerle esperar excesivamente de esta forma el paciente y el propio especialista se encuentra en mejores condiciones.
· Planificación del tratamiento, se ha de procurar realizar sesiones cortas de tratamiento que eviten la ansiedad y cansancio por parte del paciente.
· Se ha de planificar adecuadamente cada una de las intervenciones estableciendo los tiempos y programar los tratamientos que requieren anestesia.